miércoles, 30 de marzo de 2011
tarde color melocoton
Somos el continuo sentimiento de añorar lo que queremos conseguir, con un boli que no sabemos lo que va a escribir; asi comenzó esa tarde color melocotón con aroma a trasnoche. Unos pies que caminaban automáticos el camino tantas veces andado de vuelta a casa, el sentimiento era irrelevante el cansancio carecía de sentido, las palabras entraban y salían de mi mente esfumándose en la acera y con ellas los segundos se escurrían por mis tobillos dejando atrás todo aquello que nunca volvería a ser ahora. Cuando quise darme cuenta me había trasladado a otro lugar, me pregunte como había sido tan fácil, pero no le di importancia, humedecí mis labios y me senté encima de aquella encimera de color berenjena con detalles blancos, mis pies jugueteaban con mis tobillos, mis manos con mis codos, mis labios con mi lengua, todo mi cuerpo jugaba… Te vi entrar, se me volcó el corazón, esperaba que anduvieses los cinco pasos que nos separaban, los andastes. Esperaba tus manos sobre mis hombros y llegaron, tu nariz junto a la mía, nuestras pelvis se encontraron, era obsceno y tierno, caliente y frio, deseado y esperado. Éramos muchas más cosas de las que habíamos imaginado, se entrelazaron las mentes se tocaron, se desnudaron, eclipsaron todos los demás sentidos, saltaron, chocaron, gritaron, no existía el miedo, de hecho no existía nada, nada más que ese momento. El momento en el que volví a esa tarde color melocotón y me di cuenta que necesitaba un abrazo. http://www.flickr.com/photos/martavmonte/4311546077/
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un suspiro