Transeúntes en ebullición que se cruzan en la superficie
adecuada, y la calle tan fría que hoy enfrentarse al mundo no es una opción.
Tus ojos juegan con mi pelo, mi cuerpo se deshace ante la
incandescente imagen de la fricción de los metales de nuestros pantalones, y la
calle tan oscura que mejor seguimos aquí.
Benditos hoyuelos cerquita de mis labios, palabras de sexo
dentro de mi cuerpo, la ropa bien lejos de la cama, y la calle está tan muda
que mejor seguimos aquí, escuchando deseos.
Me excitas tu y tus manos, me tiemblan las piernas, y las
sombras de nuestro cuerpos siameses en la pared, no me beses pero quédate
dentro de mí, hasta que la calle esté preparada para ti y entonces…no vuelvas.
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un suspiro