Se me cae el estómago cuando no me como tus ojos,
me tiembla hasta el
humo,
e irónico me dibuja
tu ausencia,
traspasando los rayos
de vida mi ventana
te llevan,
te vas,
te das la vuelta en
mi cabeza,
ordenando mis
inseguridades por tamaños y colores.
Y cerrare hoy puertas y ventanas para retener tu imagen,
cerca de mí, en estas sábanas.
Para sentir que me abrazas,
que se rozan nuestros
pies con ganas de juego,
me levanto mirándote,
sabiendo que te irás.
Nunca más saldré de estas cuatro paredes y tendré un
noviazgo con tu recuerdo,
con la idealización de nuestra noche más ardiente,
repitiendo en mi cabeza la fusión de nuestras almas,
llenas de miedos pero calientes,
en el día más frío de
mi vida.